Ya has tomado la decisión, vas a dar el paso porque alguna parte de tu cuerpo no te acaba de agradar y la quieres mejorar de la mano de un tratamiento estético y un profesional que la lleve a cabo.
Y es que, en la actualidad, la medicina estética ya forma parte de la sociedad y está integrada en ella, ya que es un servicio más que se basa en conseguir mejoras en la imagen personal y física de la gente. Además, hoy en día, el concepto de belleza cada vez va más ligado a la sensación de bienestar por eso es importante que tu cuerpo este en manos de profesionales cualificados para no poner en riego tu salud.
Por eso queremos ayudarte explicándote y dándote las claves a tener en cuenta antes de realizarte un tratamiento de medicina estética para que así consigas los mejores beneficios y los resultados sean los que esperabas.
¡Toma nota y no te pierdas nada!
- Ten claro que en algunas ocasiones las mejoras que ofrecen los tratamientos estéticos no son totales, sino que son parciales.
En medicina estética no existen los milagros, así que hay que ser realistas y hacer que las expectativas del paciente se ajusten de manera real a los resultados que se conseguirán con el tratamiento que se aplique.
- Es importante tener paciencia a la hora de valorar los resultados que la medicina estética puede ofrecerte.
Aunque los resultados de muchos tratamientos se ven a corto plazo, ten en cuenta que todo lleva su tiempo y cada proceso tiene el suyo, por eso no hay que precipitarse ni juzgar a la ligera ni al tratamiento ni al profesional especializado que te lo ha aplicado.
- El profesional en medicina estética es siempre la mejor fuente para obtener información sobre el cuidado de la piel de manera experta.
Por mucho que conozcas a alguien que te diga que sabe sobre el tema o que se ha hecho tal tratamiento, si no es especialista de ello, debes preguntar a un profesional.
Además, también debes saber que no hay un tratamiento o receta estándar que valga para todas las personas, algo básico y clave de la medicina estética es la aplicación individual y la adaptación a cada persona y piel.
- No escojas nunca un tratamiento por su precio.
A la hora de elegir un tratamiento estético es más importante que escojas el que mejor se adapte a ti y sea más idóneo para lo que quieres conseguir a que lo elijas por su coste. Ten en cuenta también que para conseguir resultados profesionales y que el tratamiento quede bien debes acudir a expertos y por lo tanto eso también va incluido en el precio debido a la formación que conlleva.
- El éxito depende tanto del tratamiento como del profesional.
Ambos factores son determinantes para que el tratamiento acabe de manera exitosa, ya que el producto o tratamiento adecuado y estar en las manos de el profesional que use la técnica adecuada. El mismo producto en diferentes manos puede dar lugar a resultados bien distintos.
- Valorar, escuchar y comprender bien las prioridades y limitaciones que tiene cada tratamiento es importante.
Es vital para que todo vaya bien y salga correctamente que no le ocultes ningún dato sanitario ni ninguna información que te requiera el profesional de la medicina estética. Hay que confiar en todo momento en el experto y explicarle todo con la máxima claridad, pues al fin y al cabo vas a poner tu piel y tu cuerpo a su disposición para que lleve a cabo el tratamiento sobre ti.
- Confía siempre en lo que te diga el experto.
Al fin y al cabo, el experto es la persona que más sabe, por lo que su palabra siempre debe estar por encima. Si el profesional, en una ocasión determinada, te desaconseja o no te recomienda algún tratamiento concreto lo hace de manera honrada y bajo un criterio profesional y especializado. Así que debes escucharlo y dejarte asesorar para que los resultados sean buenos y los esperados.
- Un solo tratamiento no vale para todo.
Considera que ni el mejor de todos los tratamientos estéticos que exista agota él solo todos los recursos, siempre hay opción e incluso puede ser necesaria la aplicación otras técnicas complementarias, ya sean repasos o retoques.
Recuerda que, aunque haya tratamientos integrales que ayuden en más de una zona, no existen los tratamientos únicos, así que ninguno te va a solucionar todo de una vez. Es más, lo habitual es aplicar tratamientos complementarios para conseguir una eficacia mayor.
- Algo muy básico es que prácticamente cualquier tratamiento puede tener un efecto secundario.
También es importante que los efectos suelen ser muy leves, de una manera temporal breve y mínimos. Y aunque al final siempre compensa con los resultados hay que saber los beneficios y las contras del tratamiento.
- Al trabajar con agujas pueden salir pequeños hematomas.
El hecho de que salgan o no puede depender de diferentes factores como por ejemplo: que el paciente sea más tranquilo o más nervioso, la preparación previa, de la toma de algún medicamento, etc. Aunque, al fin y al cabo, no suelen ser muy grandes y desaparecen a los pocos días.
- Tomarte diferentes fotografías de la zona antes y después ayuda mucho.
Aunque parezca algo simple y una tontería, hacer esto te permite llevar a cabo de mejor manera y con perspectiva una evaluación de los resultados y así evitarnos juzgar de mala manera.