La toxina Botulínica o más popularmente conocida como Botox es una toxina que es producida por el botulismo. Aunque, se utiliza con fines médicos y estéticos por su capacidad de producir parálisis muscular en algunos tratamientos de ciertas enfermedades y para hacer desaparecer las arrugas de expresión en medicina estética, que es su uso más conocido y extendido.
La toxina Botulínica, particularmente, es el medicamento ideal para hacer desaparecer las arrugas de expresión de la frente o el entrecejo, así como las patas de gallo y lo logra porque produce una relajación en los músculos de la cara que generan dichas arrugas.
Como uno de los elementos más conocidos y usados en el mundo de la medicina estética, los tratamientos con toxina Botulínica o Botox tienen multitud de curiosidades. Y hoy os vamos a contar 5 datos curiosos:
- En 1977 fue la primera vez que se inyectó a una persona toxina Botulínica y se hizo como tratamiento correctivo de una patología oftalmológica como es el estrabismo.
Hasta 2004 no se autorizó su comercialización en España. Y desde hace unos años ya ni siquiera es la única toxina autorizada y comercializada en el mercado español para uso estético y médico.
- En 2013, un estudio de investigadores de Estados Unidos reveló que los pacientes que sufrían depresión severa y se aplicaban tratamientos con Botox en la zona del entrecejo mejoraban de su enfermedad.
El mecanismo por el que esto ocurría todavía no está muy claro, aunque teorizaban con que era algo puramente estético. Ya que los pacientes no fruncían el ceño y al mirarse en el espejo se veían menos tristes, esto les producía un feedback positivo y hacia que se sintieran más alegres. En resumen, al verse más alegres y contentos, se sentían alegres y contentos.
- La toxina Botulínica disminuye el ritmo al que se desarrolla el cáncer de estómago. Laboratorios de Noruega están realizando estudios al respecto con ratones y por el momento muestran que un 35% de los ratones aumentan la supervivencia a la enfermedad al utilizar tratamientos con Botox y quimioterapia.
Las inyecciones se le ponen en el área donde se localiza el tumor y el Botox consigue bloquear las señales que emite el nervio vago, que va desde el cerebro hasta el abdomen. Tras suprimir este nervio, los científicos has observado que las células madres cancerígenas ralentizan su crecimiento de manera muy clara y visible.
- Un uso bastante reciente y sorprendente de los tratamientos con toxina Botulínica es que elimina los dolores de cabeza y es útil para combatir las migrañas. Aunque el mecanismo por el que pasa todavía no esta claro, parece ser que está relacionado con la relajación que sufren los músculos faciales al aplicarse Botox que también hace que las terminaciones nerviosas que causan el dolor se relajen o queden de alguna manera atrapadas.
El caso es que las personas con migrañas crónicas pueden beneficiarse de los tratamientos con toxina Botulínica aplicándoselo en los puntos gatillos, son los puntos donde se da el dolor. Incluso se puede realizar alguna cirugía para descomprimir los nervios y hacer que el problema este solucionado de manera permanente.
Aunque el descubrimiento fue accidental, gracias a que los pacientes de tratamientos estéticos con Botox comentaban que tras aplicarse el tratamiento mejoraban sus dolores de migrañas como efecto secundario.
- El Botox también es un buen tratamiento contra la hiperhidrosis (sudoración excesiva). Ya que logra disminuir la acción de las glándulas sudoríparas al relajar el músculo liso que es el que las activa.
Este efecto de los tratamientos con toxina Botulínica es temporal, pero ayuda a los pacientes que lo sufren ya que en ocasiones se ven muy condicionados de manera social por este problema.
